El que siempre me visita...El que nunca me abandona...
El que me ama como soy y hasta se enamora de mis imperfecciones humanas...
El que riega con miel mi alma y la levanta cada día...
El que me guarda cajitas de colores con sorpresas luminosas...
Su brisa toca mi cara...
Su mar limpia mis pies cansados...
Su Sol acaricia mi piel...
Y su Luna me acuna por las noches...
Así y más es mi amigo visible...
¡El rey de todos los mundos!
El que penetra mi ser con la firmeza de su voz y hace escuchar a mi oído interno...
Así converso yo también...
Con mi Dios visible en el amor.