Tal vez esté nublada la tinta, tal vez las ganas de escribir vaya en otro tren, de esos largos viajes. Tal vez lo más profundo, se encuentra a esta hora y en otros lugares, con un ritmo tántrico y sensual. Sí, mi pluma tiene deseos de ti, amada poesía mía, y cómo hacerte llegar aún, cuánto te necesito, cada uno de tus versos, son las caricias de tu alma y la mía. Amada poesía mía, dónde te quedaste dormida, dímelo mi vida, aqui bajito nadie nos ve, sólo tus letras y mi garganta, que tanto te desea y sueña contigo cada noche. Amada poesía mía, con tus sencillos y hermosos trajes, dejando esas mariposas de colores en mi mente, es así cómo sólo tú, me sabes enamorar. Te busco en mis cartas, en las páginas blancas de mi historia, la historia vibrante desde las entrañas de mi inspiración por ti hasta el infinito universo de las letras. Veo cantos y escucho niños tocando los violines esperanzadores de un mundo, construido por poetas. No decaigas amada mía, que mis
