Caminaba el momento,
la respiración se alarga,
como aquella suave caricia
del padre a su hijo.
El cielo constante,
me habla al corazón,
cortejo de la vida,
sanando ciclos,
un plan del infinito.
Ya no queda dolor,
ni ruido en mis calles,
el aire lleva aroma,
de fortaleza,
romance con el vivir.
Un conocimiento en mi,
qué gran oportunidad,
qué regalo de puro amor.
Y ahora...
Ahora veo despierta,
Y ahora...
Ahora escucho el canto de los pajaritos....
Cuando duermo.
Y ahora...
amada vida mia,
Ahora observo mis pies,
y me enamoran,
sus huellaS.
Elena CR