Era una tarde silenciosa,
hacía buen tiempo,
mis tacones tenían nervios,
se iban encendiendo luces,
entre el semáforo y aquellos coches.
El corazón casi no encontraba saliva fresca,
un aire de ternura iba acariciando,
aquella esperanza de verte,
cómo se puede amar tanto,
sin apenas saber de ti.
Quién me diría,
que un ángel tan hermoso,
alegre y saltarín,
miraría mis ojos cansados y confundidos,
me abriría sus alas de bondad,
como un abrigo para el alma,
y un café amistoso.
El amor camina por el amor,
en esos andares x siempre seguiré,
pase lo que pase,
de pie y firme,
con mi espada angelical,
y mis vestiduras de pasión.
Entre versos y prosas,
en cada letra la imaginación te hará el amor,
y en otra vida te esperaré,
con el vestido de los poetas,
abriremos los brazos para nunca olvidarnos,
entre cantares y danzas,
brilla ésta historia,
que hoy suelto a los cielos,
sin apenas saber de ti.
Elena CR
No hay comentarios:
Publicar un comentario