Deja que canten los niños,
mientras,
suenan las trompetas de la esperanza.
Deja tus manos unidas al vacío,
mientras,
un hermoso jilguero revolotea en el cielo.
Deja que una perla entre en tus lágrimas,
mientras,
va naciendo la verdad de tu existencia.
Deja que la noche cierre la puerta a lo viejo,
mientras,
hagamos las paces con el amor de un nuevo amanecer.
Y deja que entre el Sol en todos los tiempos,
mientras,
une tus manos ahora inmensas en su luz,
pues ÉL es el amor,
con su eterno cuerpo,
con su resistencia infinita,
y unas palabras que siempre nos alienta,
en tiempos revueltos.
Elena CR