Dichosos mis ojos,
cuando se encontraron con los tuyos,
en el portal de mi calle,
bendita la noche que pude conocerte,
en éste espacio tiempo de vida.
El cielo en tu mirada,
burbujitas de amor en el alma …
Caída en el suelo estaba mi niña,
cansada de tocar en puertas equivocadas,
con los pies desnudos,
ella creía que nadie la escuchaba.
Vinieron tus manos blancas,
acariciaron mi corazón perdido,
fue como viajar por el universo,
fue sentir el azul puro en tu retina.
Días antes mi parte humana,
en el silencio de la noche,
sentada en mi cama,
a Dios pedía mi alma,
una oportunidad más,
aunque pequeñita fuera de tiempo,
sólo quería experimentar,
instantes de amor,
instantes de paz,
una vez más.
Y apareció el dulce aroma,
de tu voz y tu bello canto,
caminante de pureza,
maestro de alegrías.
Hay una estrella en el firmamento,
que orgullosa y feliz,
danza, canta y baila contigo,
nueve besitos,
ella sigue acunando en su vientre,
tu hermosa existencia,
y la de sus demás hijos,
por siempre.
Gracias, gracias, gracias …
Bendita oportunidad !!
Elena CR