Y cuando mi cuerpo repose en mi lecho cada noche,
aún tendré la esperanza de navegar con tu alma,
en un dulce viaje por las estrellas.
Para que la sonrisa de Dios,
nos vista con un abrazo infinito y se haga prontito,
mi encuentro contigo,
en ésta humilde servidora suya.
Y hasta que allá en el otro mundo,
podamos eternamente por fin,
celebrar su inmenso regalo,
nuestro sello de amor.
Elena CR